Su muerte

Ledger había terminado con la filmación del que iba a ser el penúltimo papel de su vida, como el Joker en El caballero oscuro (Batman) con el cual estaba satisfecho. Este papel había sido uno de los más difíciles de su carrera como actor. Había logrado interpretar a un Joker, al suyo, altamente original, sumamente creativo, pero por ello había pagado un alto precio, pues dicho papel suponía un gran estrés en su vida, provocándole insomnio, ansiedad, pues su mente estaba en constante contacto con el personaje. No solo era Joker sino que también tenía que ser Toni, el personaje que realizar durante el rodaje de El imaginario del doctor Parnasus. Todo ello unido al recuerdo de Michellem (de la cual se había separado en septiembre del año anterior) y su hija Matilda, hacían que últimamente la soledad se apoderase de él durante su estancia en el piso del centro de Manhattan.
Esa noche, Ledger se encontraba un poco mareado asíque decidió darse una ducha. Se quitó los pantalones cayéndosele la cartera con 20 dólares, los cuales fueron a aterrizar a los pies de la cama. No le dio importancia. Se duchó. No se encontraba nada bien, y aún debía tomarse la retahíla de pastillas que los médicos le habían recetado. Sin saber muy bien lo que hacía colocó un puñado de pastillas procedente de los frascos recetados. Poco a poco se las fue tragando y cayendo en una especie de sopor hasta quedarse “dormido”.

Era un martes normal, 22 de enero del 2008, Teresa Solomon comienza a ejercer su oficio como ama de llaves en un edificio del centro de Manhatan ubicado en el la calle Broome, con número 421, en el SoHo. El día comenzaba con una mañana soleada, aunque un poco nubosa, pero eso a ella poco le importaba, puesto que iba ha pasar el día en su pequeña habitación con sus dos ventanas que daban al portal recibiendo a la gente que pasara y dando las llaves a los propietarios de los hogares.
La mañana transcurrió apacible, aunque demasiado tranquila. Algo en su interior la agitaba pero no podía concretar qué era.
A las 14.45 Diana Wolozin, una masajista entraba por el umbral del hall del edificio. Wolozin había llegado temprano para una cita a las tres de la tarde con Ledger que desde hacía poco tiempo se hospedaba en el cuarto piso cuya propietaria era la actriz Mary-Kate Olsen.
Llamó a la puerta pero no hubo respuesta, así Wolozin llamó a la actriz Olsen, amiga de Ledger para pedirle ayuda. Olsen, quien estaba en California, ordenó a una compañía de seguridad privada de Nueva York que se dirigiese a la escena. Cuando los de seguridad llegaron, Wolozin y Solomon entraron en el piso.
Las persianas estaban a medio alzar. Encima de la cómoda de la habitación había varios frascos de pastillas para dormir y medicamentos contra la ansiedad, con varios papeles alrededor sellados, parecían recetas. La cama estaba desecha pero no había nadie encima. Un billete de 20 dólares enrollado estaba tirado en el suelo cerca de una silueta inerte, desnuda y boca abajo a los pies de la cama. Wolozin corrió hacia Heath y lo irguió intentando reanimarlo. Llamó por teléfono a Olsen por segunda vez para expresarle su temor de que Heath estuviese muerto.
A las 3.26 de la tarde Wolozin telefoneó al 911 pidiendo una ambulancia, argumentando que Heath no respiraba. Siguiendo los consejos del operador telefónico Wolozin le administró RCP (reanimación cardiopulmonar) al actor pero no logró revivirlo.
Los médicos de emergencias llegaron siete minutos después, a las 3.33 de la tarde, pero ya era tarde. A las 3.36, Ledger fue declarado muerto y su cuerpo fue retirado del apartamento.